La vigilancia de plagas puede definirse como el proceso llevado a cabo por una institución gubernamental oficialmente designada para ello, mediante el cual se recoge y registra información relacionada con la presencia o ausencia de plagas, utilizando metodologías confiables. Puede definirse también como el procedimiento sistemático y continuo para conocer a tiempo los cambios que se operan en las poblaciones vegetales en un espacio y tiempo determinado, generalmente en torno a plagas; incluyendo la aplicación de medidas y la ejecución de actividades encaminadas a tener la capacidad de detectar en forma oportuna y eficiente la presencia de plagas cuarentenarias y prevenir que las plagas de importancia económica incrementen sus poblaciones y pongan en riesgo los cultivos, ya sea para consumo interno como para exportación y por ende la reducción de las pérdidas económicas para el país.
La vigilancia fitosanitaria tiene como objetivos:
1. Establecer adecuados sistemas de monitoreos que permitan identificar y verificar la incidencia, dispersión y comportamiento de plagas existentes en un país o de una región dada.
2. También es su propósito lograr la detección temprana y delimitación de posibles introducciones de plagas cuarentenarias en el país y que presentan posibilidades de provocar daños económicos considerables (incluyendo los ambientales) en la agricultura o en la flora silvestre.
3. Permitir la adopción de medidas de emergencia para la prevención y control de plagas cuarentenarias, de forma tal que impida su introducción, establecimiento y posterior distribución en el país.
El Departamento de Operaciones Regionales que es la instancia del Servicio Fitosanitario del Estado responsable de llevar a cabo la vigilancia y el control de plagas, cuenta con una oficina central y ocho oficinas regionales distribuidas en todo el país. Ver contactos de las sedes regionales.